¿Hasta que la muerte nos separe?

Hubo una época en la que las personas establecían un vínculo conyugal que se sellaba en el acto del matrimonio y en el que se decía que la muerte era lo único que podía separarlos.

Sin embargo, en la actualidad, se ha configurado una sociedad postmatrimonial con nuevas formas de relación amorosa y en la que los roles estereotipados del vínculo conyugal perdieron su vigor.

Vivimos en un mundo donde se piensa qué hace que una persona se vincule amorosamente con otra. Sin duda, la institución social del matrimonio ha dejado de ser el eje central y el motivo de unión.
Lo curioso es que la muerte también dejó de ser un motivo de separación. Todo esto gracias a unas nuevas aplicaciones llamadas Deadbot.

Pero, ¿de qué se trata esta tecnología?

Consiste en desarrollos que buscan la interacción con seres queridos ausentes. Los datos de entrenamiento están basados en una persona antes de morir, es decir, imágenes y grabaciones de voz que generan un sistema de respuestas instantáneas y automáticas.

Pienso en el dolor de la muerte y la separación. Suponiendo que esta inmortalidad digital funcione y sea accesible, ¿nos ayudará a tramitar un duelo?

Pero antes, ¿qué es el duelo?

En principio, es un proceso interno ante la pérdida de una relación afectiva: un trabajo, una mudanza, una relación de pareja, hasta la muerte de un ser querido.

El duelo es un trabajo anímico que consiste en aceptar que podemos perder algo, sin perdernos a nosotros mismos. Por este motivo, implica atravesar el malestar que supone aceptar una pérdida, renunciando a la ilusión de recuperación y ubicando qué de nosotros se fue en aquello que perdimos.

En definitiva, para hacer un duelo es necesario recordar.

Desde ya sabemos que los recuerdos alojan situaciones, pero también vivencias que toman la forma subjetiva de un determinado aroma o un sonido o una palabra. También es cierto que nunca sabemos efectivamente cómo sucedieron esas situaciones. Aún así, los recuerdos son nuestra verdad.

Si los Deadbot ofrecen la posibilidad de imitar la mente humana en aplicaciones con características humanas, entonces encontramos la forma de no negociar la pérdida de un ser querido. Más bien, tenemos la solución para eludirla.

Si pudiéramos elegir entre la vía dolorosa de asumir la pérdida o la vía indolora y rápida, ¿qué elegiríamos? Sin lugar a dudas, la segunda opción.

Entonces, ¿qué pasará con nuestra capacidad de elaborar un duelo? ¿Qué pasará con nuestros recuerdos? ¿Será la forma de prolongar la existencia de los muertos?

O quizás, simplemente, sea el fin de la muerte.

Lic. Florencia Villa

Espacioia.com.ar

Suscribite!
Avisame
guest
0 Comments
Antiguos
Recientes Mas votados
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios