El costo de hacernos los boludos

Me separé, me mudé al exterior, perdí a un familiar o un ser querido, me echaron del trabajo, el proyecto sobre el que puse tanta energía no salió, perdí un partido importantísimo y ya no puedo volver a jugar. Me enfermé y tuve que dejar de realizar actividades que me gustaban. Quise hacer algo, pero no pude. La lista continúa.
Todas ellas son situaciones cotidianas, que hemos vivido alguna vez en la vida, y que resuenan en el proceso que llamamos duelo.
Duelar es un trabajo de elaboración que nos transforma. No somos los mismos después de un duelo.

El tema es que lleva un tiempo ¿Cuánto tiempo? No hay un plazo determinado, depende de cada uno. ¿Hay una forma? No, es personal.
Esas son algunas frases que los profesionales de la salud mental usamos cuando damos nuestra mirada sobre este complejo proceso. No es lineal ni una regla de tres simples.

La exigencia social es estar bien, especialmente en el entorno digital.

Lo cierto es que perder, dejar de ser alguien, conlleva un dolor. Tenemos el derecho de sufrir y estar tristes ante una pérdida, sea cual sea. Pero, ¿por qué tendemos a hacernos los boludos con el sufrimiento?
Quizás sea más fácil, al menos, a corto plazo. Estoy triste y solo quiero dejar de estarlo. No importa tanto por qué lo estoy, en qué me perdí, qué me pasó.
Vivimos en una cultura que tiende a priorizar el bienestar inmediato sobre el proceso de elaboración. La tecnología, especialmente la IA, es afín a esta tendencia.
Antes que hablar con alguien y compartir lo que siento, saber que me siento mal y dejarme acompañar, tener paciencia, quizás prefiera encender el celu y preguntarle a los modelos de IA, los chatbots o asistentes virtuales impulsados por IA (ChatGPT , Gemini , Meta AI, entre otros) ¿Qué busco? Aliviar mi dolor, la pócima para sentirme bien.

El costo de hacerse el boludo

Nos describe sensaciones y emociones con las que me identifico, y sigo las indicaciones de lo que me sugiere hacer hacer para dejar de sentir lo que siento. Afortunadamente, todavía sugiere buscar apoyo profesional.

Intento sacarme la tristeza o la ansiedad. Pero no es suficiente. Vuelvo a preguntar. Recibo otra respuesta, quizás condicionada por mi anterior pregunta. No olvidemos que los modelos de IA aprenden a partir de nuestro feedback. Quizás la respuesta que me ofrece es la que quiero y siento que necesito recibir.
Listo. Ya está. Se solucionó. Sigue todo igual, soy la misma persona de siempre. Nada cambió, qué alivio. Un efecto placebo.

Otra opción es ver videos de testimonios o tips por Tik Tok o alguna plataforma disponible. La lógica se mantiene por el funcionamiento de los algoritmos. Nos ofrece lo que sentimos que necesitamos recibir para que nada cambie.

A principios del siglo pasado, Freud nos decía en un texto muy conocido que lo que no se elaboraba, se repetía. Nunca más vigente esa reflexión. Sin el trabajo de duelo, aunque sintamos un alivio inmediato y dejemos de sentirnos tristes, podemos encontrar que esos sentimientos regresan, a veces, de formas más complicadas. El costo de hacerse el boludo no es solo emocional, afecta considerablemente nuestra vida.
Estamos en un momento clave para no quedarnos en la búsqueda de alivios rápidos pero fugaces. En lugar de consultar una pantalla, permitámonos el tiempo y el espacio para procesar lo que nos duele y conectarnos con lo que sentimos. Respetemos que cada uno atraviesa su dolor de manera diferente.
El duelo es parte de la vida y, aunque incómodo, es un proceso necesario para crecer, aprender y encontrar una versión más genuina de uno mismo.

por Lic. Florencia Villa